Los entrañables lazos que unen a los pueblos cubano y puertorriqueño
quedaron aun más cerrados cuando Oscar López Rivera, combatiente independentista
boricua, cumplió un amplio programa de actividades en Cuba, fue condecorado por
su incesante batallar en busca de la independencia de su país, su permanencia
en prisión por casi 36 años en Estados Unidos y su identificación con la
Revolución Cubana. López Rivera rindió homenaje al líder histórico Comandante
en Jefe Fidel Castro, cuyos restos descansan en un monolito en el cementerio
Santa Ifigenia, Santiago de Cuba, muy cerca de donde se encuentran los de
nuestro apóstol José Martí y del padre y la madre de la Patria, Carlos Manuel
de Céspedes y Mariana Grajales, a quienes el patriota puertorriqueño también
rindió solemne tributo.
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