Su mágico manejo de las palabras hace que sus obras nos atrapen y no nos suelten hasta el final. Y es así en presente, porque de Gabriel García Márquez no podrá hablarse en pasado. Estará siempre entre nosotros y para todos los tiempos. Sencillo, solidario y emprendedor, así es y será siempre Gabo. En Cuba aprendimos a quererlo. Ahora ha partido, como quien va de visita algún lugar, pero siempre estará presente.
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